Antes de empezar la limpieza de cualquier tipo de lámpara es recomendable desconectar el suministro de electricidad por precaución. Es importante tener en cuenta que se trata de objetos que trabajan con electricidad y de este modo minimizar riesgos.

Evita la acumulación de polvo y suciedad, ya que pueden afectar su rendimiento y al ahorro energético. También puede afectar a la durabilidad de la lámpara, especialmente en entornos hostiles como cocinas, baños, etc. El vapor, el calor y la grasa afectan la durabilidad al no poder escapar la luz y el calor que se acumula por culpa de la suciedad. Como consecuencia los componentes de la lámpara se deterioran.